EAST OF EDEN by John Steinbeck



"Everything is only for a day, both that which remembers and that which is remembered. Observe constantly that all things take place by change, and accustom thyself to consider that the nature of the universe loves nothing so much as to change things which are and to make new things like them. For everything that exists is in a manner the seed of that which will be."

martes, 1 de junio de 2010

YO, CONFIESO

Confieso que hasta hace pocos días desconocía la existencia de Ricardo Menéndez Salmón y que no tenía noticia de que línea a línea había ido haciéndose un sitio en la panorámica de la literatura española actual hasta conseguir que una de sus obras, La ofensa (2007), recibiera la consagración que el término "revelación" otorga a ciertas creaciones.

Mi ignorancia sobre cualquier tema no tiene nada de extraordinario y si me sacudió la conciencia de esta en concreto fue por las circunstancias vitales del autor. Por edad y ciudad de nacimiento Ricardo y yo forzosamente hemos debido de compartir calles, bibliotecas, eventos locales, lluvias y verdor.

Hoy puedo decir que estoy comenzando a conocer la obra de mi paisano Ricardo Menéndez Salmón, así como algunos datos biográficos y ciertas opiniones que circulan por la red.

Ricardo Menéndez Salmón nació en Gíjón en 1971 y estudió Filosofía en la Universidad de Oviedo. En la actualidad simultanea su tarea como colaborador del diario El Comercio, la revista Tiempo y el suplemento cultural de ABC, con la creación literaria. Autor de los libros de relatos Los caballos azules (2005) y Gritar (2007), ha publicado las novelas La filosofía en invierno (1999), Panóptico (2001), Los arrebatados (2003), La noche feroz (2006), La ofensa, Derrumbe (2008) y, recientemente, ha recibido el premio llanisco Llanes de viajes por su obra Asturias para Vera (2010).

Sus libros conforman unan pretendida unidad ajena a las modas literarias del momento. Temas y motivos de unos relatos se repiten en otros dando lugar a un universo personal en el que el autor reflexiona sobre las cuestiones que le "obsesionan":

"En realidad siempre he escrito el mismo libro, uno que, bajo el aspecto del relato o la estructura de la novela, gira sobre unas cuantas preguntas fundamentales: ¿por qué existen el dolor y el mal en el mundo?, ¿posee la belleza una capacidad redentora?, ¿cómo podemos sobrevivir al sinsentido de la existencia?"

"El tema de la identidad, por ejemplo, es una constante en mi escritura: identidades impostadas, identidades especulares, identidades duplicadas".

Otra característica de su obra es la brevedad de sus textos:

"La brevedad de mis libros obedece a mi forma de escribir, equívoca en vez de unívoca, connotativa antes que denotativa, prácticamente carente de diálogos, una escritura que lo basa prácticamente todo en el poder de la imagen y en la vida interior de los personajes, una literatura de conciencia, en una palabra, que confía en la capacidad del lenguaje para emocionar y desvelar antes que en funciones más objetivas."

Distinto es el carácter de su último libro, Asturias para Vera, un recorrido físico y conceptual hecho desde el cariño de quien ha vivido allí su infancia.

La contundencia de su pensamiento y la fuerza de su lenguaje nos animan a conocer la obra de este autor que, en palabras de Fernando Marías, presidente del jurado del premio Llanes de viaje, está «llamado a ser uno de los grandes en los próximos años, un enorme escritor».


Las declaraciones de Ricardo Menéndez Salmón corresponden a la entrevista recogida en el blog El síndrome de Chéjov:
http://elsindromechejov.blogspot.com/2008/05/Ricardo-menndez-salmn-todo-lenguaje-se.html

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Pues manos a la obra. Adentrémosnos en el mundo de Menéndez Salmón. ¿Por dónde empezar? ¿Por qué no por el relato preferido por el autor?

"Mi relato favorito, aquel del que más orgulloso me siento, es "La vida en llamas"
el texto que abre "Gritar"Cursiva.
(...) surgió de la imagen de un corredor en llamas. La imagen era tan poderosa que me dije: "He ahí una historia que merece ser contada". La imagen tiró de mí como un perfume. Sólo tuve que seguirla y ella me fue abriendo otras estancias, todas increíblemente plásticas: un hombre leyendo a la cabecera de un agonizante, una mujer embarazada bebiendo desnuda en mitad de la noche, un padre de familia observando dormir a sus hijos como si se tratara de un ratero. La redacción del texto resultó tan diáfana que lo terminé en dos semanas"


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